Democracia Moribunda: Descarado Ataque al Periodismo en el Reino Unido.
By Jose on Aug 21, 2013 | In occidente, europa
Escribe Alan Rusbridger:
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Hace un poco más de dos meses me contactó un oficial gubernamental de alto rango pretendiendo representar el punto de vista del primer ministro [del Reino Unido, David Cameron]. Le siguieron dos reuniones en las cuales el individuo exigía el regreso o la destrucción de todo el material sobre el cual trabajábamos [relacionado a las filtraciones de Edward Snowden]. Su tono era acerado, aunque cordial, pero había una amenaza implícita que otros dentro del gobierno y Whitehall favorecían una medida más draconiana.
Se malhumoró el tono hace un poco más de un mes, cuando recibí una llamada telefónica desde el centro del gobierno diciéndome: "Ya te has divertido. Ahora queremos esas cosas de regreso." Siguieron reuniones adicionales con figuras sombrías de Whitehall. La exigencia era la misma: regresa el material de Snowden o destrúyelo. Yo expliqué que no podíamos investigar y reportar sobre este asunto si cumplíamos con ese pedido. El hombre de Whitehall se miró desconcertado. "Ya has tenido tu debate. No hay necesidad de escribir más."
Durante una de estas reuniones pregunté directamente si el gobierno actuaria vía la ruta legal para cerrar los reportajes del Guardian -- yendo a corte para forzar el rendimiento del material en el que estábamos trabajando. El oficial confirmó que, en ausencia de una entrega o destrucción, esta era en verdad la intención del gobierno. Previa restricción, casi imposible en EE.UU., estaba ahora explicita e inminentemente sobre la mesa en el Reino Unido. Pero mi experiencia sobre Wikileaks -- el dispositivo de almacenamiento USB y la primer enmienda -- ya me habían preparado para este momento. Le expliqué al hombre de Whitehall sobre la naturaleza de colaboraciones internacionales y la manera en que, en estos días, organizaciones de medios podían tomar ventaja de los entornos mas permisivos. Bruscamente, no teníamos que hacer nuestros reportajes desde Londres. Ya todos los artículos sobre la NSA [Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU.] estaban siendo reportados y editados desde Nueva York. ¿Y no se le había ocurrido a el que Greenwald vivía en Brasil?
El hombre no se inmutó. Y así uno de los momentos mas bizarros en la historia del Guardian ocurrió -- con dos expertos en seguridad de GCHQ (Cuartel de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido) supervisando la destrucción de discos duros de maquinas de computación en el sótano del Guardian solo para cerciorarse que no había nada en los pedazos de metal mutilados que posiblemente pudiese ser de algún interés para agentes Chinos que pasaran por ahí. "No es necesario llamar a los helicópteros negros," bromeo uno de ellos mientras recogía lo que quedaba de una MacBook Pro [computadora].
Whitehall estaba satisfecha, pero se sentía como una peculiar inadecuada pieza de simbolismo que no comprendía nada acerca de la era digital. Continuaremos haciendo paciente, meticuloso reportaje sobre los documentos de Snowden, sólo que no lo haremos en Londres. El embargo de la computadora portátil de Miranda, teléfonos celulares, discos duros y la cámara van similarmente a no tener efecto en el trabajo de Greenwald.
El estado que está construyendo tan formidable aparato de vigilancia va a hacer lo que sea para prevenir a periodistas de reportar sobre ello. La mayoría de los periodistas pueden mirar eso. Pero me pregunto cuantos han comprendido verdaderamente la amenaza absoluta al periodismo implícita en la idea de vigilancia totalitaria, cuando o si viene -- y, con mas frecuencia, es mas bien "cuando".
No estamos ahí aun, pero podríamos no estar lejos antes que sea imposible para que periodistas tengan fuentes confidenciales. El hacer la mayoría de reportajes -- realmente, la mayoría de la vida humana en 2013 -- deja huellas dactilares digitales en demasía. Esos colegas que vilipendian a Snowden o dicen que los periodistas reporteros deben confiar en que el estado sabe mejor (muchos de ellos en el Reino Unido, singularmente, en la derecha) pueden algún día tener un cruel despertar. Un día serán sus reportajes, su causa, la cual ataquen. Pero por lo menos los periodistas reporteros ahora saben que deben estar alejados de las salas de descanso del transito en Heathrow.
Sección traducida del articulo de Alan Rusbridger, editor del periódico The Guardian:
David Miranda, itinerario 7 y el peligro que todos los reporteros encaran ahora.
Nota: "Whitehall", el centro administrativo del Gobierno del Reino Unido, el cual fue erigido alrededor del palacio y se quedo ahí después que el palacio fue derrumbado.
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