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Una Carta Abierta al Pueblo de Brasil.
By Jose on Dec 17, 2013 | In occidente, Ixachitlal | Send feedback »
Periódico Folha de S.Paulo, en diciembre 16, 2013, 16H22, y actualizada diciembre 17, 20013, 08h11, publica una carta abierta de Edward Snowden a los Brasileños:
Hace seis meses, emergí de las sombras de la Agencia Nacional de Seguridad [NSA, por sus siglas en Ingles] del Gobierno de los Estados Unidos para colocarme enfrente de la cámara de un periodista.
Compartí con el mundo evidencia comprobando que algunos gobiernos están construyendo un sistema de vigilancia del mundo entero para rastrearnos secretamente como vivimos, con quien hablamos, y que es lo que decimos.
Me coloqué en frente de esa cámara con los ojos abiertos, a sabiendas que la decisión me costaría familia y mi hogar, y arriesgaría mi vida. Yo estaba motivado por una creencia de que los ciudadanos del mundo merecen comprender el sistema en el cual ellos viven.
Mi mayor temor era que nadie escuchara a mi advertencia. Nunca he estado tan contento de haber estado tan equivocado. La reacción en ciertos países me ha sido particularmente inspiradora, y Brasil es ciertamente uno de esos [países].
En la NSA, con creciente alarma fui testigo de la vigilancia de pueblos enteros donde no había ninguna sospecha de ellos haber hecho algo malo, y eso amenaza con convertirse el mas grande reto de derechos humano de nuestros tiempos.
La NSA y otras agencias espías nos dicen que por nuestra propia "seguridad"-por la "seguridad" de Dilma, por la "seguridad" de Petrobras- nos han revocado nuestro derecho a privacidad y se han infiltrado en nuestras vidas. Y lo hicieron sin consultar al publico de ningún país, incluyendo el propio.
Hoy en día, si llevas contigo un teléfono celular en Sao Paolo, la NSA puede, y lo hace, rastrea tu ubicación: hacen eso a la gente alrededor del mundo 5 billones de veces al día.
Cuando alguien en Florianopolis visita un sitio en la red, la NSA mantiene un registro de cuando ocurrió y que hiciste ahí. Si una madre en Porto Alegre llama a su hijo para desearle buena suerte en su examen universitario, NSA tiene el poder de mantener ese registro de la llamada por cinco años o mas.
Ellas [agencias de espionaje] hasta pueden dar seguimiento de quien esta teniendo un aventura o mirando pornografía, en caso que ellas consideren necesario dañar la reputación de tales objetivos.
Los senadores de Estados Unidos nos dicen que Brasil no debe preocuparse, porque eso no es "vigilancia," sino "acumulación de datos." Y dicen ellos que se hace para mantenerte seguro. Están equivocados.
Existe una gran diferencia entre programas legales, espionaje legitimo, aplicación legitima de la ley -- y estos programas de redadas de vigilancia masiva que ponen a pueblos enteros bajo un ojo que-todo-observa y lo duplica para siempre.
Estos programas nunca fueron sobre terrorismo: son sobre espionaje económico, control social, y manipulación diplomática. Son sobre el poder.
Muchos senadores Brasileños concuerdan, y me han pedido ayuda con sus investigaciones sobre presuntos delitos contra los ciudadanos Brasileños.
Yo he expresado mi voluntad para ayudar donde sea apropiado y legal, pero desafortunadamente el gobierno de los Estados Unidos ha trabajado muy fuerte para limitar mi habilidad de hacerlo -- ¡yendo tan lejos como para forzar a bajar el Avión Presidencial de Evo Morales para prevenirme de viajar hacia Latín América!
Hasta que un país me otorgue asilo político permanente, el gobiernos de EEUU continuará interfiriendo con mi habilidad de hablar.
Hace seis meses, yo revelé que la NSA quería escuchara al mundo entero. Ahora, el mundo entero esta escuchándola, y osando a hablar, también. Y la NSA no le agrada lo que esta oyendo.
La cultura de vigilancia indiscriminada a lo ancho del mundo, expuesta a debates públicos e investigaciones reales en cada continente, esta colapsando.
Hace solo tres semanas, Brasil lideró el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas a que reconociera por primera vez en la historia que la privacidad no termina donde la red digital comienza, y que vigilancia masiva de inocentes es una violación de derechos humanos.
La marea se volteó, y finalmente podemos ver un futuro donde podemos disfrutar seguridad sin sacrificar nuestra privacidad. Nuestros derechos no pueden ser limitados por una organización secreta, y oficiales de Estados Unidos nunca deben decidir las libertades de ciudadanos Brasileños.
Hasta los defensores de vigilancia masiva, aquellos quienes no pueden ser persuadidos que nuestras tecnologías de vigilancia han superado peligrosamente controles democráticos, ahora aceptan que en democracias, vigilancia del publico debe ser debatida por el publico.
Mi acto de consciencia comenzó con la declaración: "Yo no quiero vivir en un mundo donde todo lo que digo, todo lo que hago, cada uno con quien hablo, cada expresión de creatividad o amor o amistad es registrada.
Eso no es algo que yo estoy dispuesto a apoyar, eso no es algo que yo estoy dispuesto a construir, y eso no es algo a lo que yo estoy dispuesto a someter mi vida.
Días mas tarde, fui notificado que mi gobierno me había hecho apátrida y quería aprisionarme. El precio por mi discurso fue mi pasaporte, pero lo pagaría de nuevo: Yo no seré aquel que ignora la criminalidad por el bien de comodidad política. Prefiero estar sin un estado que sin una voz.
Sí Brasil escucha solo una cosa de mi, que sea esto: cuando todos nos juntamos en banda contra injusticias y en defensa de la privacidad y derechos humanos básicos, podemos defendernos aun de los mas poderosos sistemas.
Referencias:
Traducción sobre articulo en Inglés del periódico Folha de S.Paulo, Brasil, (@Folha_english): An Open Letter to the People of Brazil
Democracia Moribunda: Descarado Ataque al Periodismo en el Reino Unido.
By Jose on Aug 21, 2013 | In occidente, europa | Send feedback »
Escribe Alan Rusbridger:
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Hace un poco más de dos meses me contactó un oficial gubernamental de alto rango pretendiendo representar el punto de vista del primer ministro [del Reino Unido, David Cameron]. Le siguieron dos reuniones en las cuales el individuo exigía el regreso o la destrucción de todo el material sobre el cual trabajábamos [relacionado a las filtraciones de Edward Snowden]. Su tono era acerado, aunque cordial, pero había una amenaza implícita que otros dentro del gobierno y Whitehall favorecían una medida más draconiana.
Se malhumoró el tono hace un poco más de un mes, cuando recibí una llamada telefónica desde el centro del gobierno diciéndome: "Ya te has divertido. Ahora queremos esas cosas de regreso." Siguieron reuniones adicionales con figuras sombrías de Whitehall. La exigencia era la misma: regresa el material de Snowden o destrúyelo. Yo expliqué que no podíamos investigar y reportar sobre este asunto si cumplíamos con ese pedido. El hombre de Whitehall se miró desconcertado. "Ya has tenido tu debate. No hay necesidad de escribir más."
Durante una de estas reuniones pregunté directamente si el gobierno actuaria vía la ruta legal para cerrar los reportajes del Guardian -- yendo a corte para forzar el rendimiento del material en el que estábamos trabajando. El oficial confirmó que, en ausencia de una entrega o destrucción, esta era en verdad la intención del gobierno. Previa restricción, casi imposible en EE.UU., estaba ahora explicita e inminentemente sobre la mesa en el Reino Unido. Pero mi experiencia sobre Wikileaks -- el dispositivo de almacenamiento USB y la primer enmienda -- ya me habían preparado para este momento. Le expliqué al hombre de Whitehall sobre la naturaleza de colaboraciones internacionales y la manera en que, en estos días, organizaciones de medios podían tomar ventaja de los entornos mas permisivos. Bruscamente, no teníamos que hacer nuestros reportajes desde Londres. Ya todos los artículos sobre la NSA [Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU.] estaban siendo reportados y editados desde Nueva York. ¿Y no se le había ocurrido a el que Greenwald vivía en Brasil?
El hombre no se inmutó. Y así uno de los momentos mas bizarros en la historia del Guardian ocurrió -- con dos expertos en seguridad de GCHQ (Cuartel de Comunicaciones del Gobierno del Reino Unido) supervisando la destrucción de discos duros de maquinas de computación en el sótano del Guardian solo para cerciorarse que no había nada en los pedazos de metal mutilados que posiblemente pudiese ser de algún interés para agentes Chinos que pasaran por ahí. "No es necesario llamar a los helicópteros negros," bromeo uno de ellos mientras recogía lo que quedaba de una MacBook Pro [computadora].
Whitehall estaba satisfecha, pero se sentía como una peculiar inadecuada pieza de simbolismo que no comprendía nada acerca de la era digital. Continuaremos haciendo paciente, meticuloso reportaje sobre los documentos de Snowden, sólo que no lo haremos en Londres. El embargo de la computadora portátil de Miranda, teléfonos celulares, discos duros y la cámara van similarmente a no tener efecto en el trabajo de Greenwald.
El estado que está construyendo tan formidable aparato de vigilancia va a hacer lo que sea para prevenir a periodistas de reportar sobre ello. La mayoría de los periodistas pueden mirar eso. Pero me pregunto cuantos han comprendido verdaderamente la amenaza absoluta al periodismo implícita en la idea de vigilancia totalitaria, cuando o si viene -- y, con mas frecuencia, es mas bien "cuando".
No estamos ahí aun, pero podríamos no estar lejos antes que sea imposible para que periodistas tengan fuentes confidenciales. El hacer la mayoría de reportajes -- realmente, la mayoría de la vida humana en 2013 -- deja huellas dactilares digitales en demasía. Esos colegas que vilipendian a Snowden o dicen que los periodistas reporteros deben confiar en que el estado sabe mejor (muchos de ellos en el Reino Unido, singularmente, en la derecha) pueden algún día tener un cruel despertar. Un día serán sus reportajes, su causa, la cual ataquen. Pero por lo menos los periodistas reporteros ahora saben que deben estar alejados de las salas de descanso del transito en Heathrow.
Sección traducida del articulo de Alan Rusbridger, editor del periódico The Guardian:
David Miranda, itinerario 7 y el peligro que todos los reporteros encaran ahora.
Nota: "Whitehall", el centro administrativo del Gobierno del Reino Unido, el cual fue erigido alrededor del palacio y se quedo ahí después que el palacio fue derrumbado.